Con la llegada del buen tiempo y de la primavera llega el momento de
pensar en las vacaciones de verano o en una escapada de unos días de
esas que nos renuevan tanto las energías y nos permite seguir trabajando
con muchas ganas hasta que lleguen esos merecidos días de descanso.
Pues bien…la gran pregunta ¿Dónde nos alojamos este año? ¿Un hotel?, ¿apartamento?, ¿camping?
Todos los que habéis estado de camping en verano seguro que os habéis dado algún baño natural. Los
campings, por su situación nos permiten disfrutar de paraísos naturales
en los que darnos algunos chapuzones, como pozas, cascadas, lagunas,
ríos… y esto a uno le deja como nuevo.
Los desayunos, comidas o cenas en un porche de un bungalow o tienda safari sientan de maravilla
y con suerte mientras nos alimentamos podemos ver alguna ardilla
corretear alrededor de la casita de madera o algún pajarito
observándonos para ver si se nos cae alguna miga de pan al suelo y así
después cogerla. La verdad que esto no tiene precio y es una gran
experiencia para mayores y sobre todos para los niños. Las noches de
verano a la fresca desde la terraza del bungalow observando las
estrellas y la luna también tienen su aquel.
Salir de la tienda de campaña o la cabaña de madera descalzos, notar
el fresquito de la hierba, olfatear las flores y respirar hondo es la
medicina perfecta para comenzar un gran día en un lugar que os permitirá
realizar todo tipo de actividades de turismo activo y cultural ya que
las opciones son muchas y para todos los gustos y edades.
Los viajes en familia al camping son divertidísimos y permiten a los niños adquirir cierta autonomía.
Además se relacionan con otros niños e incluso muchas veces hasta con
niños de otros países así que imaginaos lo bueno que es esto para
mejorar en las relaciones sociales y en practicar idiomas de manera
gratuita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario